viernes, 29 de julio de 2011

Es terrible extrañarte de este modo en que lo hago.



Estar tanto tiempo sin verte, sin oír tu voz, sin olerte, estando tan lejos me ha echo venirme abajo. 
Al principio lo miré desde este punto de vista, si se va me dará tiempo para centrarme y convertirme en algo que le guste más, y lo he conseguido, pero ayer ella volvió, y claro, se me había olvidado por completo lo mona que es, y el golpe al verla fue considerablemente duro.
Eso no es lo único, que estés lejos físicamente me hace sentir que también lo estás mentalmente, osea que no piensas en mi, y que cuando vengas la que te va a dar la bienvenida va a ser ella y no yo. 
Si a estos malos pensamientos los unes a que esta semana he tenido la regla, que ya no conozco a mi mejor amiga puesto que ha cambiado a ser una persona totalmente distinta en la que no se puede confiar y que mi abuelo no se va a recuperar de su terrible enfermedad, pues me parece de lo más normal estar de bajón. 
Claro que todavía queda tiempo para que todo se arregle, pero eso llevo esperando desde que todo esto empezó y lo único que he conseguido es hacerme falsas esperanzas. 
Mi conclusión es esta: no voy a ser ni positiva ni negativa, voy a ser objetiva, me limitaré a la realidad tangible y no a los sueños, ilusiones y todas esas paridas que hacen de la vida un lugar insoportable. 

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