miércoles, 8 de junio de 2011

Que odio que el verano tarde tanto en llegar..

Odio los fastidiosos lunes, creo que no deberían existir, pero claro, entonces odiaría los martes, y así sucesivamente hasta quedarnos sin días. Odio los días que no sale el sol pero también odio los días en los que sale demasiado. Odio el puto despertardor que suena a las 7:30 de la mañana pero odio levantarme a las 2 de la tarde. Odio mi estupidez pero odio mi amabilidad. Odio las mañanas de resaca pero odio quedarme en casa por la noche. Odio madrugar pero odio acostarme pronto. Odio estudiar y odio suspender. Odio a la gente que presume demasiado de lo que tiene pero odio a la que no presume nada, cuando tiene mucho.Odio salir de casa y ver que se me ha olvidado el MP4 pero odio tener que colocármelo, para que no se caiga. Odio los números pero también las letras. Odio las despedidas. Odio las cosas que deberíamos decir y callamos. Odio el día en el que para comer hay fideos y odio mas aun eso, si es verano. Odio el día que no lo paso con ellas pero puedo acabar odiándolas. Odio las jodidas uvas de Nochevieja con las que siempre me atraganto pero odio la gente que no las come. Odio las cosas que no me dará tiempo ha hacer en la vida y los putos kilómetros que me separan de ellos. Odio a la que va por ahí con aires de superioridad y no mide ni metro y medio. Odio muchas mas cosas, pero es que también odio escribir tantas veces la palabra “odio".
La vida es eso, odiar, cuando algo te guste mucho, llegara un día, en el que lo odiaras, ¿qué pasa cuando una canción te gusta mucho? Que la acabas odiando.

Pero sobre todas las cosas que odio, la que más odio me produce es ese día en el que Mario Casas no viene a recogerme con su hermoso corcel negro para ir a Londres y decirme lo mucho que me quiere por el camino. 

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