jueves, 1 de marzo de 2012

Las mujeres, no se sabe por qué extraña razón, diseccionamos cada acto en el más mínimo de los detalles. Encontramos señales absurdas en los puntos suspensivos, en cada una de las palabras que componen vuestros mensajes, en las veces que pasáis por el mismo sitio en que nos encontramos nosotras, en la mirada que se interpone en nuestro camino. Intentamos buscarle una explicación a cada cosita que lleváis a cabo. Nuestra cabeza, que es una fuente incesante de preguntas sin contestar e información paranormal, le busca la quinta pata al gato cuando únicamente tiene cuatro... Nuestro cerebro se devana los sesos por entender el por qué de vuestra sencillez. Ese es nuestro mayor problema, intentamos darle explicación a una información que no tiene mayor trasfondo que lo que pueda ocultar la frase en sí. ¿Por qué se preguntan ellos siempre por qué serán tan complicadas las mujeres? Ser mujer, en comparación, es algo durísimo. Me gustaría saber por qué existe un cromosoma que explica la infidelidad en el hombre y por qué la testosterona hace que vosotros penséis más de una vez con el aparato reproductor y no con la cabeza. ¿No es eso acaso más complicado de explicar?  Puede que nosotras cometamos locuras, metamos la pata hasta el fondo, nos arrastremos como babosas por un cochino mensaje que quizás nunca llegará. Puede que seamos nosotras las que queremos salir guapas una noche con un vestido despampanante para llamar vuestra atención o la que está en casa esperando la llamada perdida o la que se mete en la cama a ver películas porque le han dado calabazas mientras se infla a chocolate, pero eso es lo más normal del mundo, no se como no lo entendéis. En fin... hombres ;) 

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